Deformidades Craneales

  • 25 septiembre, 2020

Repasando brevemente la anatomía del cráneo,  recordamos que está formado por seis huesos (frontal, dos parietales, dos temporales y occipital) que en los bebés se mantienen unidos por tejidos elásticos, fibrosos y fuertes que conocemos a nivel técnico como suturas. También encontramos en la cabeza del bebé espacios abiertos que se llaman fontanelas. Las suturas y fontanelas flexibles son necesarias para el desarrollo y el crecimiento del cerebro del niño.

Esta plasticidad nos permite, por ejemplo, que durante el parto los huesos se superpongan para poder pasar a través de la vía del parto, sin presionar ni dañar su cerebro. O  que el bebé, en sus intentos de control cefálico, esté protegido frente a impactos leves.

Podemos decir entonces que los huesos del cráneo en el lactante y bebé están poco osificados y son muy moldeables, especialmente en menores de 3 meses. La osificación completa no se alcanza hasta los 12-18 meses. Si a todo esto le sumamos la recomendación de la Academia Norteamericana de Pediatría de adoptar la posición “boca arriba”como la más adecuada para disminuir en gran medida el riesgo de muerte súbita en los lactantes, es fácil pensar que la presencia de deformidades craneales en el bebé hayan aumentado considerablemente desde entonces por estar apoyado durante un tiempo prolongado sobre el mismo lado

¿Qué tipos de deformidades craneales posturales podemos encontrarnos?

Es importante tener como punto de partida que hablamos de deformidades craneales consecuencia de una presión mantenida en el tiempo sobre una misma parte de la cabeza, y no de las que se producen por una fusión prematura de alguna de las suturas.

  • Plagiocefalia posicional: es la más frecuente. Se caracteriza por un aplanamiento de un único lado de la parte posterior de la cabeza (occipital unilateral), con un abombamiento frontal de ese mismo lado. La cabeza adquiere una forma oblicua o en paralelogramo.
  • Braquicefalia posicional: consiste en un aplanamiento más o menos simétrico de toda la parte posterior (occipital) de la cabeza del bebé. Por lo que el diámetro lateral se ve aumentado. Dolicocefalia posicional: en este caso el aplanamiento es de región temporo-parietal, dando un aspecto de cabeza estrecha y alta. Más frecuente en recién nacidos pretérmino de bajo peso.
  • Dolicocefalia posicional: en este caso el aplanamiento es de región temporo-parietal, dando un aspecto de cabeza estrecha y alta. Más frecuente en recién nacidos pretérmino de bajo peso.

¿Cuáles son las causas de las deformidades craneales posturales?

  • Prenatales: pueden estar presentes durante el período intrauterino y encontrarse en el momento del parto. Debido a embarazos múltiples, partos complicados, posturas intrauterinas,…
  • Posnatales: desarrollarse a los pocos meses de vida. Asociado normalmente a torticolis congénitas, posturas mantenidas durante largos periodos de tiempo, posición de sueño…

¿Cómo podemos prevenirlas en casa?

En primer lugar, tendremos que tener un diagnóstico médico diferencial que asegure que se trata de una deformidad postural y no de una osificación prematura.

Desde el primer día de vida debemos establecer una RUTINA DE POSTURAS que eviten el posicionamiento fijo de la cabeza. Por ejemplo, durante el día, mientras el bebé duerma, rotaremos periódicamente a un lado y otro la cabeza del bebé y, alternaremos cada noche la posición en la cuna (sin perder la posición de boca arriba). Cuando el bebé esté cogido, deberemos alternar los brazos con el que lo hacemos.

A la hora de dar el pecho o el biberón, lo haremos alternando ambos lados y, también podremos colocar estímulos visuales a los dos lados del cambiador.

A partir del primer mes de vida, durante el día y siempre bajo supervisión, será recomendable colocar al bebé durante cortos periodos de tiempo boca abajo (TUMMY TIME), para aliviar la presión de la zona y que vaya cogiendo fuerza y control de su cabeza.

Al principio no le gustará mucho, así que con unos minutos será suficiente. Podemos ayudarlos colocando nuestra mano debajo o tumbarlo en la misma posición sobre el pecho del adulto. Esto hará que, sintiendo cerca a los papás, vaya cogiendo confianza.

Posteriormente, cuando el control cefálico sea mayor, podremos realizar juegos en los que el niño esté apoyado sobre su abdomen hasta completar una hora diaria, repartida en periodos de 20-30 minutos.

Por último, los COJINES específicos para deformidades craneales también nos pueden ayudar, y solo se tratarán de eso, una ayuda a la hora del sueño. Pues por su forma y su material, hacen que la presiones de la cabeza se distribuyen al estar boca arriba.

¿Cómo puede ayudar la Fisioterapia? 

Siempre que no exista una complicación más grave como la creaneosinostosis, todas estas medidas de higiene postural deben ser complementadas por un tratamiento de fisioterapia y osteopatía.

 El pronóstico suele ser favorable y las sesiones consisten en normalizar a nivel articular y muscular las estructuras mediante presiones suaves e indoloras. Remodelando así el cráneo del bebé, restaurando la movilidad cervical y corrigiendo las deformidades faciales, evitando sus correspondientes consecuencias a otros niveles

Beatriz Tamaral Costa. Fisioterapeuta

Deja una respuesta